SEGUNDO DE CHOMÓN: UN GENIO FELIZMENTE RECUPERADO PARA LA HISTORIA DEL CINE

Segundo de Chomón.
A genious fortunately rediscovered in Film History

Lcdo. Miguel Dávila Vargas-Machuca

Historiador
Jaén

Resumen. El español Segundo de Chomón fue un profesional del cine en sus primeras décadas de existencia. Fue una mente muy avanzada para su época y artífice de numerosos procedimientos cinematográficos que, si bien hoy parecen obsoletos, resultaron revolucionarios en su momento. Su figura y sus logros estuvieron largo tiempo olvidados debido al gran anonimato de los primeros años del cine o a la pérdida de material cinematográfico a lo largo del tiempo, pero en las últimas décadas diversos historiadores del cine han revalorizado su legado. Así, hoy tenemos bastantes datos sobre su maestría en iluminación, fotografía o efectos visuales, y se le reconoce como uno de los padres del género fantástico y del cine de animación, devolviéndole al lugar que le corresponde y situándole a la altura de los grandes genios coetáneos, como Georges Méliès. Hoy en día conocemos bastantes datos sobre su actividad en Francia, Italia y España, en el seno de algunas de las primeras grandes productoras del cine, donde pudo colaborar con grandes cineastas y contribuir en las primeras superproducciones de la historia del cine. De hecho, sus revolucionarias técnicas generaron una gran influencia que sería recogida por maestros como David Wark Griffith.
Palabras clave. Cine e Historia, Historia del cine, cine mudo, técnica cinematográfica, efectos visuales, cine fantástico, cine de animación.

Abstract. Segundo de Chomón is a Spanish cinema figure of the early decades of Film History. He was far ahead of his time, and he was the inventor of several cinematographic procedures, which although today seem to be obsolete, in those early times were revolutionary. His name and his efforts were forgotten for a long time due to lack of a global discussion and also due to the gradual loss of his cinematographic material over the years. Nevertheless, some cinema historians have reassessed his legacy in the last decades. We have available today a great volume of data about his expertise on lighting, photography and special effects. Because the importance of his creations and discoveries he must be be recognised as one of the fathers of fantastic cinema and film animation, giving him the deserved place in Film History at same level as other great contemporary genius, like Georges Méliès. He developed an intense international activity in France, Italy and Spain, for some of the first great cinema production companies. There he collaborated with great film makers and directed the first blockbusters in the History of Cinema. To illustrate the influence of his work it is possible to mention the use of revolutionary techniques by great masters like David Wark Griffith.
Keywords. Cinema & History, Cinema History, silent film, cinematic techniques, special effects, fantastic cinema, animated film.

 

 

El cineasta español Segundo de Chomón (Teruel, 1871 – París, 1929) fue un técnico incansable y minucioso que legó para la posteridad multitud de nuevos procedimientos cinematográficos revolucionarios que en su tiempo permitieron un gran avance técnico. Muchos de estos avances  ya han quedado obsoletos, pero otros han resultado ser imprescindibles a lo largo de la historia del cine e incluso algunos nos parecen tan obvios hoy en día que ni siquiera nos planteamos de dónde proceden. La maestría que demostró en facetas como el trucaje y los efectos especiales, a pesar de las muchas limitaciones técnicas del cine de su época, supone un gran aliciente para sus propias producciones o para otras en las que colaboró. Su figura, largo tiempo olvidada y subestimada, ha conseguido en las últimas décadas ser recuperada por diversos investigadores de historia del cine, si bien hoy día sigue resultando prácticamente un desconocido para los aficionados al séptimo arte en general. Esta labor de recuperación de la memoria de Chomón ha permitido reconocer al genial turolense como un adelantado a su tiempo a la altura de Georges Méliès y ha conseguido hacerle justicia y que se le reconozca como uno de los más importantes pioneros del cine mundial en campos técnicos como la iluminación, la fotografía y los trucajes, además de uno de los padres del género fantástico y del cine de animación. Hay que hacer constar que trabajó junto a algunos de los más importantes cineastas europeos de aquellos momentos, contribuyendo con su maestría técnica en grandes producciones del cine mudo, como La Vie et la Passion de Notre Seigneur Jésus-Christ (F. Zecca, 1907), Cabiria (G. Pastrone, 1914) o Napoléon (A. Gance, 1927) y también se debe tener en cuenta que sus técnicas influyeron en grandes maestros como David Wark Griffith.

Biografía y Carrera Cinematográfica

Los datos que se conocen sobre los primeros años de vida de Segundo de Cho$món no son demasiado fidedignos, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de documentación administrativa que se perdió como consecuencia de los destrozos sufridos por la ciudad de Teruel durante la Guerra Civil. A esta falta de datos sobre sus inicios habrá que sumarle más adelante, en el transcurso de su carrera cinematográfica, diversos factores que nuevamente obstaculizan la obtención de referencias sobre su labor, como algunos logros que Chomón no patentó por considerarlos sin importancia, pero que fueron aprovechados por otros cineastas, que los tomaron como suyos. Otra causa sería el enorme grado de anonimato en los primeros años del cine, cuando el título de la película o, como mucho, el director y/o la estrella eran los datos destacables, prescindiendo del resto del equipo. Por último, no hay que olvidar la indeterminada cantidad de películas que se han perdido para siempre e incluso aquellas de las que no queda dato alguno. Aún así, algunos historiadores del cine han conseguido, sobre todo desde la segunda mitad del siglo XX, acercarse a la personalidad de Chomón con datos cada vez más aceptados.

Segundo de Chomón (1871-1929).

Existen dos momentos importantes en los que esta labor de recuperación se ha visto impulsada definitivamente: los actos de conmemoración de su figura que tuvieron lugar en España en 1971 (con motivo del centenario de su nacimiento) y la retrospectiva sobre su obra en el Festival de Cine de Animación de Annecy en 1985. Y a ello hay que sumar, en gran medida, el creciente interés en los últimos años (sobre todo a partir de las conmemoraciones del centenario del cine, en 1995) por conocer mejor los inicios del cine en España.
Segundo Víctor Aurelio de Chomón y Ruiz, hijo de un médico, nació en 1871. Según Carlos Fernández Cuenca (ver bibliografía recomendada) los primeros documentos personales que su hijo Robert poseía datan de 1902, por lo que la información sobre su infancia y adolescencia es muy sesgada y procede de fuentes secundarias contemporáneas. Se sabe que realizó estudios secundarios porque así pudo empezar una carrera especial, en este caso la de ingeniero, y también que trabajó como delineante y escribiente.
En 1895 decide trasladarse a París, donde se casaría con la actriz teatral Julienne Alexandre Mathieu Mouloup, y en 1897 nacería de la pareja su hijo Robert. A fines de 1897 deja la capital francesa para incorporarse a filas en el ejército español, y la razón para ello no está muy clara, aunque probablemente los problemas económicos le empujaran a alistarse voluntario, siendo destinado a la isla de Cuba en los momentos de sublevación y de guerra con Estados Unidos. Tras haber sido repatriado y licenciado del ejército, Chomón habría vuelto a París en 1899, donde su mujer ya se había introducido en el incipiente mundo del cine con algunos papeles y como trabajadora del taller de coloreado de película de Georges Méliès. En ese momento comenzará a interesarse por el nuevo arte de las imágenes en movimiento, una inquietud que le acompañaría durante el resto de su vida,  y hacia el año 1900, al incorporarse al taller de coloreado con su esposa, comenzará a dedicarse por completo y de forma definitiva a la industria cinematográfica.
Tras algunos viajes esporádicos, se traslada a Barcelona en 1902 como representante de las películas de Méliès para la ciudad condal. Allí crea un taller de coloreado a mano y se dedica a la traducción de los rótulos de las películas extranjeras importadas y a la inclusión de los nuevos en castellano, para lo cual construiría su propia cámara. Es en este momento cuando Chomón empieza a  enfocar sus esfuerzos en el trucaje y los efectos especiales, un interés que plasmará en adaptaciones de cuentos y otros filmes en los que consigue una serie de trucos muy avanzados para su momento, como Choque de trenes (1902), que inaugura el uso de maquetas en el cine español. Esta predisposición a lo fantástico y a los efectos especiales se materializará a lo largo de su carrera en su predilección por las cintas fantásticas basadas en el uso del trucaje, por entonces denominadas “fantasmagories”. La compañía Pathé Frères le encargó también la dirección de su filial en la ciudad condal a partir de 1902, y para ésta realizó algunos documentales sobre el costumbrismo español (destinados al mercado extranjero), como algunas vistas de los alrededores de Barcelona, corridas de toros e incluso la llegada del rey Alfonso XIII a la ciudad en 1904. En este período barcelonés destaca también su asociación con la recién constituida compañía Macaya y Marro, para la que realiza producciones cómicas y otros filmes costumbristas e incluso de zarzuelas, considerándole como el creador de la zarzuela cinematográfica. Reseñable también es su probable colaboración en los espectáculos modernistas que unían el cine a otras ramas artísticas, como el teatro, de los cuales era responsable Adrià Gual y que tuvieron lugar en la Sala Mercè de Barcelona entre 1904 y 1905.

Las comodidades de la peluquería en El Hotel Eléctrico  (1908).

A fines de 1905 vuelve a París, donde la compañía Pathé Frères le dará plenas libertades y todo el material a su disposición para que experimente e innove todo cuanto quiera, dando lugar a la etapa más prolífica del cineasta turolense, con unas 150 películas en unos cuatro años. Esto le permitió tener a su disposición cuantos metros de película virgen quiso, para así poder dedicarse sin cortapisas a sus investigaciones técnicas. De hecho, la razón principal de la libertad de que gozó fue que la compañía esperaba que él fuera el encargado de hacerle la competencia al “mago” Méliès, que trabajaba para la compañía Gaumont. De este modo, asistimos a una etapa llena de fantasmagories y de filmes de transformaciones, todos ellos llenos de efectos y trucajes. Procede de esta época su producción más conocida, El Hotel Eléctrico (1908), en la que presenta gran parte de su repertorio de trucos visuales, muchos de ellos sorprendentes incluso hoy en día. Y también corresponde al mismo período su trabajo técnico en la gran producción de la Pathé La Vie et la Passion de Nôtre Seigneur Jésus-Christ (1907), en la que incluso se asiste a las primeras señales de un rudimentario travelling con una cámara montada sobre ruedas.

El barbero automático en El Hotel Eléctrico (1908).

A finales de la década de 1900 dos circunstancias marcarán el fin de esta segunda etapa parisina de Chomón: por una parte, la Pathé no le renovó el contrato, pues el objetivo de hacerle sombra a la competencia del cine de fantasmagories y transformaciones ya se había conseguido; por otra parte, la aparición de la compañía Film D’Art provocó un giro en la propia concepción del cine, pues sus adaptaciones de obras clásicas, encaminadas a satisfacer la curiosidad de unos espectadores más intelectuales y acomodados, no necesitaban de tantos adelantos técnicos y visuales para llegar a los resultados deseados, y esta “moda narrativa” arrastró al resto de las compañías. Ambas contrariedades provocan que Chomón vuelva a Barcelona en 1909 para instalarse allí de nuevo, y que su producción baje notablemente de cantidad y calidad, pues no disponía de tantos medios como en Francia y debía hacer frente a grandes limitaciones técnicas. Asociado al empresario Joan Fuster crea un estudio y en él realizará una veintena de producciones propias marcadas por la peculiar tendencia comercial española, que se centraba en temas populares y castizos en forma de dramas, sainetes o zarzuelas, además de las muy populares producciones cómicas. Tras romper con Fuster, Chomón hará algunos viajes para realizar documentales encargados por la Pathé y en 1911 dispondrá de su propio estudio para realizar de nuevo filmes costumbristas, además de otros de índole fantástica.
En 1912  se traslada a Turín, pues Giovanni Pastrone, director artístico de la compañía Itala Film, conocedor de los logros y la pericia de Chomón, le contrata como operador y técnico en efectos especiales con un contrato de cifras astronómicas para la época. En Turín tendrá de nuevo plenas libertades para sus labores técnicas, lo que le lleva a centrarse de nuevo en los trucajes, la iluminación y  las posibilidades que ofrecía la cámara cinematográfica. Sin duda, ésta será su etapa de mayor esplendor, llegando al culmen con su participación en la gran superproducción del cine mudo italiano Cabiria: visione storica del terzo secolo a.C. (1914).

En este film demostrará su maestría por medio de espectaculares efectos pirotécnicos y maquetas filmadas, sobreimpresiones muy cuidadas, una iluminación que conseguía resaltar los enormes decorados y provocar fuertes claroscuros, el revelado de película con distintos tonos de color para enfatizar las situaciones, un sistema de fijación de la película que disminuía la sensación temblorosa de las imágenes y, por último, quizás su logro más importante: el carrello, una plataforma móvil sobre la que se montaba la cámara, la cual facilitaba un movimiento consciente que permitiera realzar la magnificencia de los decorados y, sobre todo, explorar el espacio de una forma nunca vista antes.

El volcán Etna y sus efectos en Cabiria” (1914).

El estallido de la Primera Guerra Mundial provocaría una crisis generalizada del cine europeo y tendría como efecto más importante que la industria cinematográfica estadounidense se convirtiera en la hegemónica a nivel mundial, un papel que nunca ha perdido desde entonces a lo largo de la historia del cine. De este modo, la etapa “dorada” de la producción de Chomón se vería fuertemente sacudida en 1915, momento en que Italia se implicó en la Gran Guerra. La subsiguiente crisis económica afectó a todos los estudios y, en particular, a la producción de la Itala Film (cuya factoría se convirtió en hospital militar). A pesar de ello, el turolense siguió colaborando en algunos filmes con Giovanni Pastrone, con quien codirige La guerra ed il sogno di Momi (La Guerra y el sueño de Momi, 1917), una deliciosa fábula visual en la que un niño exterioriza sus temores sobre la Gran Guerra a través de visiones oníricas en las que sus juguetes cobran vida y se confrontan. Antes de abandonar Italia, rabajaría también en algunos films durante un par de años asociándose a la compañía Albertini Film.

Trik y Trak cobran vida en la imaginación de Momi en
La Guerra ed il Sogno di Momi (1918).

La crisis sin solución del cine italiano y la llegada de Mussolini al poder provocan su salida del país, recalando definitivamente en Francia en 1922. En París se interesa por el estudio de las posibilidades del color para la gran pantalla, logrando en 1923 perfeccionar un sistema de cine en dos colores tras una labor conjunta con el ingeniero suizo Ernest Zollinger, e ingresando en 1926 en la Societé Kéller-Dorian du Film en Couleurs para poder continuar con esa línea de investigación. En esta última etapa de su vida colaborará en algunas producciones importantes en Francia y esporádicamente en Italia, destacando su contribución en Napoléon (1927) de Abel Gance, una de las películas más avanzadas técnicamente de la época en la que Chomón se ocupó del rodaje de una secuencia en color. Quizá su último testimonio cinematográfico sea su aportación a El negro que tenía el alma blanca (1927), dirigida por Benito Perojo, aunque se sabe que al año siguiente realizó un viaje a Marruecos para experimentar técnicas de cine en color. Precisamente en el país norteafricano pudo contraer una grave enfermedad, muriendo en París el 2 de mayo de 1929, a la edad de 57 años.

Algunos Avances Técnicos Logrados o Perfeccionados por Chomón

· En su primer trabajo ligado a la industria del cine, el taller de coloreado fundado por Méliès en 1897, en el que Chomón ingresó en 1899 o 1900, encontramos el primer avance técnico ideado por él para el cine: un sistema de coloreado a mano por medio de la técnica del estarcido (pochoir), que permitía una mayor precisión y rapidez en esa labor, y que aplicaría a partir de 1902. Años más tarde, el procedimiento fue retomado por la casa Pathé y, tras aplicarle algunos cambios y mecanizarlo, sería patentado como “Pathécolor”.
· Desde sus primeras producciones combinó las imágenes reales con otras de maquetas, así como diversas sobreimpresiones que permitían presentar figuras de distintos tamaños o añadir otro tipo de efectos a imágenes reales o ficticias. También se dedicó a experimentar con la cámara y el montaje, añadiendo al registro cinematográfico diferentes perspectivas impensables hasta el momento, como planos cenitales, encadenados de imágenes (raccord) y movimientos invertidos. A todo ello hay que unir la introducción de sombras animadas por medio de transparencias y el uso de transparencias proyectadas detrás de los actores o de la acción filmada para conseguir fondos más “vivos”.
· El interés por dotar de sonido a las imágenes filmadas también sería una constante en su carrera cinematográfica. Esta inquietud parece haberse inaugurado con sus experimentos con la voz en los espectáculos modernistas de la Sala Mercè de Barcelona, que mezclaban representaciones teatrales con filmaciones, cuyo sonido y voces correspondían a un coro de actores que se mantenía$$n ocultos tras la pantalla.
- El procedimiento del “paso de manivela” (denominado también “fotograma a fotograma”, “frame by frame”, “one turn, one picture” o “giro ad uno”) es, sin duda, una de las mayores aportaciones de Chomón tanto al lenguaje cinematográfico en general como al cine de animación en particular. Este laborioso sistema consiste en la obtención de tomas fotograma a fotograma, lo que permitía cambiar los objetos o los personajes de lugar antes de filmar el siguiente fotograma, dando así la sensación de mágicos e inexplicables desplazamientos, además de ser la base para la filmación de muñecos animados. Algunos investigadores apuntan a su producción El eclipse de sol (1905) como la primera vez que se utilizó este procedimiento, pues se resumía en poco más de un minuto un acontecimiento que duraba un par de horas, aunque no existe certeza de que así fuera. Normalmente se le atribuye la invención a James Stuart Blackton en su film The haunted hotel (1906-1907) mientras que es comúnmente aceptado que la primera película en la que el turolense aplicó de forma evidente y consciente este procedimiento sería la posterior El Hotel Eléctrico (1908). Independientemente de si él fue o no el inventor, queda claro que se prodigó mucho más en esta técnica y de forma más variada y que valiéndose de ella pudo filmar animaciones de cuerpos y dibujos, dejando las bases técnicas para el cine de animación y siendo probablemente el precursor de técnicas digitales actuales, como el morphing.
· El movimiento controlado de la cámara (posteriormente conocido como travelling) es otra de las enormes aportaciones de Chomón, quizá la más importante, aunque se trate de un dato que se ha pasado por alto a lo largo del tiempo. Habría que resaltar el concepto “controlado” o “consciente”, ya que desde los principios del cinematógrafo existen diversos movimientos de cámara “no conscientes” al montarla en un vehículo (por ejemplo, un barco o un tren), captando de ese modo las imágenes en movimiento. La disposición de una cámara en un dispositivo móvil es una invención de Segundo de Chomón, quizá por primera vez en su trabajo en La Vie et la Passion de Nôtre Seigneur Jésus-Christ (1907), en la que algunas escenas se filmaron con la cámara montada sobre ruedas de patines. Pero el momento en que realmente se supone que comienza el desplazamiento de la cámara para explorar el espacio es durante el rodaje de la gran producción épica italiana Cabiria: visione storica del terzo secolo a.C. (1914), para la cual el turolense ideó un sistema denominado “carrello” (patentado injustamente por Giovanni Pastrone lo cual impidió largo tiempo reconocer a Chomón como su inventor), que consistía en una plataforma móvil sobre ruedas neumáticas en la que se montaba la cámara. Cabiria inaugura así el desplazamiento controlado de la cámara en la historia del cine con unos movimientos que pretendían, sobre todo, mostrar en todo su esplendor los gigantescos decorados que se habían creado para la cinta, dando una sensación de espacio grandiosa e insólita hasta aquel momento, tal y como se puede apreciar en algunas escenas en las que la cámara acompañaba a una figura en sus movimientos. En multitud de ocasiones se ha atribuido la autoría del travelling al gran maestro americano David W. Griffith con su film Intolerance: Love’s Struggle throughout the Ages (Intolerancia, 1916), si bien se ha podido constatar que Griffith adquirió para su colección particular una de las pocas copias que llegaron de Cabiria a Estados Unidos y que la dirección de Pastrone y la maestría de Chomón le impresionaron tanto que no dudó en plasmar su influencia en Intolerance, sobre todo en las escenas babilónicas. Al ser la obra de Griffith mucho más conocida a lo largo del tiempo que la de Pastrone, se tendía a pensar en el director americano como el pionero de esta técnica.
· El aporte técnico del turolense en Cabiria destacó también por el uso de la luz artificial intencional, es decir, no como simple sustitutiva de la luz natural, sino para provocar efectos visuales según como incidiera en los elementos filmados. Por medio de esta luz ideó numerosos claroscuros a lo largo de la cinta, permitiendo así enfatizar los rasgos de los rostros de algunos personajes, dar mayor profundidad y relieve a los elementos arquitectónicos y decorativos de los decorados (con una influencia fácilmente reconocible en el episodio babilónico de Intolerance) y conseguir un exacerbado dramatismo en algunas escenas de interior, como las del sacrificio al dios Moloch. La iluminación artificial dirigida conseguía también un realismo inusitado en otras secuencias y espectaculares efectos visuales, como en la escena del incendio de las naves romanas por los espejos de Arquímedes. Por ello, al igual que sucede con el “carrello”, Cabiria será un referente del uso de la luz artificial para directores contemporáneos como Griffith y para movimientos posteriores, como la influencia que los claroscuros tuvieron, sin duda, en el expresionismo alemán.
· Aunque tampoco está clara su autoría, en Cabiria se puede encontrar un nuevo adelanto que podría deberse a la técnica de Chomón: un sistema de fijación de la película que disminuía la sensación temblorosa de las imágenes, una tara bastante molesta para las películas de las primeras décadas del cine.
· El sistema de cine en color por bicromía alterna es un procedimiento que Chomón perfeccionó conjuntamente con el ingeniero suizo Ernest Zollinger. Tomando como base el Kinemacolor de los ingleses Charles Urban y George Albert Smith, Chomón y Zollinger consiguieron impresionar primero la imagen en blanco y negro, para después teñir alternativamente las imágenes en rojo-naranja y en verde de una forma parecida al estarcido (pochoir) que tan bien conocía Chomón de su primera etapa francesa.

Arquímedes y sus espejos vencen a la escuadra romana en Cabiria (1914).

Su sistema requería el doble de velocidad normal (32 imágenes por segundo, en vez de 16), si bien superaba en disponibilidad al Kinemacolor, pues no necesitaba aparatos adaptados para filmar y proyectar, sino que podía emplear cualquier aparato de filmación y proyección. Esta investigación y perfeccionamiento les valió a ambos que les fuera otorgado el “Diploma y la Gran Medalla de Oro” en la Exposición Internacional de Fotografía, Óptica y Cinematografía de Turín en 1923.

Bibliografía recomendada

FERNÁNDEZ CUENCA Carlos, Segundo de Chomón: maestro de la fantasía y de la técnica (1871-1929), Ed. Nacional. Madrid, 1972.
THARRATS Juan Gabriel, Los 500 films de Segundo de Chomón. Universidad de Zaragoza, Zaragoza, 1988.
SÁNCHEZ VIDAL Agustín, El cine de Segundo de Chomón, Caja de Ahorros de la Inmaculada de Aragón, Zaragoza, 1992.

 

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ISSN 1988-8848