ALICIA DE BATTENBERG.
THE CROWN
(Netflix)
Y LA HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE GRECIA (1)

Alice of Battenberg.
The Crown (Netflix) and Greek Contemporary History

Dra. Amor López Jimeno
Filóloga Griega
Universidad de Valladolid

Recibido el 13 de Abril de 2021
Aceptado el 26 de Mayo de 2021

Resumen. Las series históricas y los biopics ayudan a dar a conocer al gran público hechos históricos del pasado o la biografía de algún personaje interesante. La serie de televisión The Crown (Netflix) combina ambos aspectos y puede servir de punto de partida para profundizar en múltiples contenidos. Analizaremos un episodio de la tercera temporada para hacer un recorrido por la compleja historia de Grecia en el siglo XX y la apasionante biografía de la Princesa Alicia de Battenberg, madre del Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo, uno de los protagonistas de la serie, nacido Príncipe de Grecia y Dinamarca.
Palabras clave. Princesa Alicia de Battenberg. Historia de Grecia. The Crown. Series de televisión.

Abstract. Historical series and biopics contribute to making known historical facts of the past or the biography of some interesting personalities for wide audiences. The Crown, a Netflix TV series, associates both goals and can serve as a starting point for digging into various topics. We will analyze in this paper one of the episodes of the third season to look over the complex history of Greece in the twentieth century and the thrilling biography of Princess Alice of Battenberg, mother of Prince Philip, Duke of Edinburgh, one of the main characters of the series, born Prince of Greece and Denmark.
Keywords. Princess Alice of Battenberg. History of Greece. The Crown. TV Series.

 

0. Introducción. Las adaptaciones históricas en la pantalla

El cine se ha apropiado de argumentos históricos prácticamente desde sus orígenes y el género documental también se ha dedicado con profusión a reconstruir el pasado, tanto hechos como biografías de personajes importantes. La bibliografía es abundante y, por tanto, no nos vamos a adentrar en este terreno. La compleja y fructífera relación entre cine e historia puede abordarse desde distintas perspectivas. La mayoría de los trabajos se centran en el texto fílmico (2) per se (análisis del discurso fílmico, semiótico, crítica historiográfica) y sus relaciones con la realidad histórica (fidelidad), pero otros lo contemplan como fenómeno sociológico (contexto de producción, recepción del producto).

Últimamente, las series de televisión están ganando terreno al cine en los gustos del consumidor, no solo por su amplia oferta y extraordinaria calidad, sino, sobre todo, por un cambio en los hábitos de consumo, propiciado por las plataformas y, desgraciadamente, el cierre de las salas de exhibición a causa de la pandemia de COVID 19. Sin olvidar razones de índole sociológica: las nuevas generaciones prefieren el visionado a demanda, individual, en dispositivos, a las salas tradicionales.

Las series se han sumado a la corriente historicista (por citar sólo en España: Isabel, Carlos Rey Emperador, El Cid) o de reconstrucción del pasado desde la ficción (El Ministerio del tiempo, Cuéntame cómo pasó, Tiempos de guerra, Acacias 38, Amar en tiempos revueltos, Gran Hotel). Estas series se caracterizan por una elevada y esmerada producción, con especial cuidado en la escenografía (maquillaje, vestuario, decorados). Como es lógico, se permiten mayores licencias en otros terrenos: guion y trama argumental, personajes y, sobre todo, en el aspecto lingüístico (diálogos y registro). Así, podemos encontrar expresiones coloquiales completamente anacrónicas en una serie de ficción ambientada en el siglo XVII, como Águila roja.

Otros países europeos (3) cuentan con una larga tradición en recrear su historia en este formato: Elizabeth I, Los Tudor, The white queen, Queen Victoria, A Tale of Two Sisters, Versailles, Los Borgia, Los Medici: señores de Florencia, Marco Polo, Spartacus, El gran Imperio Otomano, Diriliş: Ertuğrul, y un largo etcétera.

1. La serie televisiva The Crown

Uno de los mejores productos es la británica The Crown, gracias a una elevada inversión (4), un sólido guion, deslumbrante escenografía y magistrales interpretaciones, que ha merecido el consenso de crítica y público y una cascada de premios: Mejor actriz principal (Claire Foy) y Mejor actor (John Lithgow) del Sindicato de Actores y de la Crítica Televisiva, 39 nominaciones y tres Emmy como Mejor serie dramática, BAFTA a la Mejor actriz de reparto (Vanessa Kirby), Diseño de vestuario, Efectos especiales, visuales y gráficos, Fotografía y Sonido, Globos de Oro a la Mejor actriz (Claire Foy, Olivia Colman, Gillian Anderson) y Mejor serie dramática, Premios de la Crítica Cinematográfica a Mejor serie de drama, Mejor actor (Josh O'Connor), Mejor actriz (Emma Corrin), Premios del Sindicato de Escritores de Estados Unidos a la Mejor serie de drama (Jonathan Wilson y Peter Morgan), sólo en sus tres primeras temporadas.

Se trata de una serie de ficción histórica sobre el reinado de Isabel II, producida por Left Bank Pictures y Sony Pictures Television para la plataforma Netflix y dirigida por Stephen Daldry, Philip Martin, Julian Jarrold y Benjamin Caron, sobre el guion de Peter Morgan (5) y Tom Edge.

Hasta ahora se han rodado cuatro temporadas y están previstas otras dos. La primera (2016), empieza con el matrimonio de la entonces princesa, Isabel, con Felipe, duque de Edimburgo, en 1947, y finaliza en 1955. La segunda (2017) empieza en 1956 y cierra con el Jubileo de plata de la Reina (1964). La tercera (2019) abarca el mandato de Harold Wilson, entre 1964 y 1977, y la cuarta (2020) aborda de 1977 a 1990, con la incorporación de dos mujeres que hicieron historia: Margaret Thatcher y la Princesa Diana. Las siguientes temporadas se adentrarán en el siglo XXI.

2. The Crown y la Historia de Grecia

Aunque la serie gira en torno a la monarquía británica, concretamente los últimos años del Rey Jorge VI y el reinado de su hija, la actual Reina Isabel II, no es nuestro propósito analizar la historia inglesa y el grado de fidelidad histórica del producto audiovisual, sino utilizar uno de sus episodios como pretexto para completar algunos aspectos históricos colaterales, que quedan fuera de la trama principal. En concreto, de la compleja historia de Grecia en el siglo XX.

La corona británica está directamente emparentada con la familia real griega por medio del Príncipe Felipe, esposo de la Reina Isabel, uno de los protagonistas de la serie, y la historia de Grecia se introduce argumentalmente en la misma a través del personaje de su madre, la Princesa Alicia, que aparece en diversas escenas puntuales y protagoniza el cuarto episodio de la tercera temporada.

El impacto de la serie ha servido para rescatar la figura de esta admirable mujer, injustamente olvidada, que vivió en primera línea los vaivenes de la monarquía griega y la agitada historia europea del pasado siglo.

3. “Bubbikins”

Como decimos, la Princesa Alicia, como madre del Duque de Edimburgo, aparece en varias ocasiones en la serie: fugazmente en los episodios 1x01 y 2x09 (6), en la escena final del 3x05, “Coup” (“El golpe”), charlando con su hermano Lord Mountbatten (Charles Dance) (7) y como coprotagonista (interpretada por Jane Lapotaire) del episodio 3x04, titulado “Bubbikins”, apodo cariñoso con que se dirigía a su hijo.

Este episodio empieza con un plano general de “Atenas, 1967”, según el letrero sobreimpresionado, reconocible por la silueta del monte Licavito, aunque los decorados no se corresponden con la arquitectura real de la ciudad (8). La cámara desciende y sigue a una moto hasta las puertas de un edificio, que, de nuevo, se identifica mediante un letrero, en griego, como “Hermandad cristiana de Marta y María”. Accedemos al interior y, en un plano medio, se nos presenta a la protagonista: una peculiar monja (con un cigarrillo en la mano). Un diálogo (en griego) nos advierte del inminente cierre de la orden, por motivos económicos. Entonces la monja se dirige a su celda, presidida por una foto de su hijo, que ha aparecido en anteriores episodios y sirve para aclarar al espectador su relación familiar. No obstante, pronto se aclarará verbalmente: al ir a vender un valioso broche, el tasador sospecha de su procedencia y la denuncia. La policía le aclarará que “es una monja de verdad y una Princesa de verdad, nieta del zar de rusia, del Rey de Inglaterra y madre del Príncipe Felipe casado con la Reina de Inglaterra”. Queda así presentado el personaje y justificada su presencia en la serie.


La Princesa Alicia en la ficción (Jane Lapotaire), a la izquierda (foto publicitaria de Netflix), y, a la derecha, en la realidad, en 1965 (foto de G.Stroud, Getty Images).

En un cambio de escenario, vemos al niño, ahora adulto, concediendo una entrevista de televisión, donde se queja de las limitaciones de su cargo. Así se introducen las otras dos líneas argumentales paralelas del episodio: la grabación de un documental “hagiográfico” de la familia Real en el Palacio de Buckingham, para acercar la familia al pueblo (y evitar lo que le sucedió a su propia familia, que explicaremos a continuación) (9) y la aparición del periodista de The Guardian, que la critica abiertamente.

4. La verdadera Princesa Alicia de Grecia

Alicia era, por nacimiento, Princesa de la Gran Bretaña: Alicia de Battenberg. Como su sosias relata en la escena de la entrevista a The Guardian, nació, efectivamente, en el Castillo de Windsor, en 1885, en presencia de su bisabuela, la Reina Victoria. Fue la primogénita del Príncipe Luis de Battenberg (10) y de la Princesa Victoria de Hesse (11). El matrimonio tendría otros tres hijos: Luisa, futura Reina consorte de Suecia, Jorge, 2º marqués de Milford Haven, y Luis, futuro Lord Mountbatten, 1º conde Mountbatten de Birmania, que también tendrá relevancia en la historia inglesa (12) y, como tal, aparece varias veces en la serie. Su infancia se desarrolló en varios países europeos, a causa de la carrera militar de su padre en la marina inglesa.

Como también refiere al ficticio periodista, John Armstrong, al principio la consideraron “un poco lenta”, hasta que descubrieron su sordera. A pesar de que ella aprendió a hablar, leyendo los labios, en inglés, alemán, francés y, posteriormente, griego.


Escena de la entrevista a The Guardian (Netflix).

En 1902 conoció al Príncipe Andrés de Grecia, hijo del Rey Jorge I (13) y su mujer, Olga. Tras su boda en Darmstadt, Alemania, al año siguiente, se establece en Atenas.


La Princesa Alicia, con traje típico griego, y el Príncipe Andrés, en el Palacio Real de Atenas. (Foto de Photo 12, Getty Images).

La pareja tuvo cinco hijos: Margarita (1905-1981), Teodora (1906-1969), Cecilia (1911-1937), Sofía (1914-2001) y Felipe (1921-2021).


La pareja con sus cinco hijos. © www.monarchiebritannique.com.

En 1908 se encuentra en Rusia con su tía materna, la gran duquesa Isabel Feodorovna, quien, a raíz del brutal atentado que había acabado con la vida de su marido, tres años antes, había decidió fundar una orden religiosa y hacerse monja.

4.1. Alicia, testigo de la historia griega

En su nuevo país no le esperaba una vida fácil: Grecia lleva años sumergida en guerras e inestabilidad política (14). La propia familia Real, de origen danés, era vista con recelo por el pueblo y la clase dirigente y en las primeras décadas del siglo XX se suceden los destronamientos, abdicaciones y restauraciones monárquicas, muertes prematuras y hasta magnicidios.

Nada más llegar se enfrenta a la “crisis cretense”: Creta era entonces un principado autónomo bajo soberanía otomana, gobernado por su cuñado, el Príncipe Jorge. En 1906, su Ministro de Justicia, Eleftherios Veniselos (15), encabezó una rebelión y obligó al Príncipe a abdicar.

Al poco, en 1909, el “alzamiento militar de Gudí" exige al Rey profundas reformas, como revisar la Constitución y apartar a los Príncipes de los puestos militares, lo que interrumpió la carrera militar del Príncipe Andrés. Veniselos da el salto a la capital y arrasa en las elecciones de 1910. La familia real se exilia a Suiza, aunque será por poco tiempo.

En marzo de 1912 el país, como miembro de la primera Liga Balcánica, entra en guerra contra el Imperio Otomano. Andrés es readmitido en el ejército y Alicia le acompañará al frente, ejerciendo de enfermera, lo que le valdrá la Royal Red Cross.

Pese a la victoria y las consiguientes recompensas territoriales para Grecia (16), el descontento popular era generalizado, que alcanza el clímax con el magnicidio: el Rey Jorge I, es asesinado en Tesalónica el 5 marzo de 1913. En este clima de conmoción sube al trono su hijo, Constantino I, que reinará en dos periodos: del 1913-1917 y del 1920-1922.

Sin un respiro, nada más acabar la Segunda Guerra Balcánica, estalla la Primera Guerra Mundial. El nuevo Rey, casado con Sofía, hermana del Kaiser Guillermo II, más proclive a los Imperios Centrales, intenta mantener la neutralidad del país, pero Veniselos quería entrar en guerra del lado de la Triple Entente, lo que provoca el “cisma nacional”: en 1916 Veniselos establece un gobierno rebelde en Tesalónica, que se une a la Entente y declara la guerra a Alemania y Bulgaria. Constantino prefiere abdicar antes que entrar en guerra contra su cuñado y se exilia con toda la familia a Suiza en junio de 1917, dejando el trono a su segundo hijo, Alejandro. Veniselos retorna a Atenas y el país entra de pleno en la guerra, del lado de la Entente. La victoria supone la desaparición de los grandes imperios ruso, alemán y austrohúngaro y, para Grecia, la anexión de la Tracia Oriental y Esmirna (17).

En 1918 sus tías, la zarina Alejandra y la gran duquesa Isabel Fiódorovna, son asesinadas por los bolcheviques. A las desgracias familiares se suma la prematura muerte del Rey, Alejandro I, en 1920, tras la mordedura de un mono. Ante el vacío de poder (18), devuelven la corona a su padre, Constantino I y la familia regresa del exilio.

El segundo reinado de Constantino está marcado por una nueva guerra con Turquía (1919-1922). El debilitado Imperio otomano se resistía a entregar a Grecia los territorios concedidos por Tratado de Sèvres, así que el gobierno griego mandó tropas a Anatolia. Pero el nuevo ejército turco, liderado por el carismático Mustafá Kemal Atatürk (19), el héroe de Galípoli (20), les infringió una severa derrota. El 9 de septiembre de 1922 los griegos fueron expulsados de Esmirna.

La “Gran Catástrofe” es, sin duda, el mayor trauma colectivo de la Grecia moderna, pues, más allá del desastre bélico, la pérdida de miles de vidas humanas y de los últimos territorios en Asia Menor, significó el final de la “Gran idea”: el sueño de reconstruir el antiguo Imperio Bizantino y recuperar la gloria del pasado. Además, un país arruinado por años de guerras hubo de acoger a más de un millón de refugiados (21), con un enorme coste económico y demográfico. Incapaces de hacer frente a los numerosos problemas, los gobiernos y golpes militares se suceden uno tras otro.

Este desastre provocó un golpe de Estado, la formación de gobiernos controlados por militares y la abdicación de Constantino I, que abandona definitivamente el trono y el país en 1922. Le sucede su primogénito, Jorge II. Jorge reinó en tres periodos distintos, (1922-1924, 1935-1941, 1946-1947) y encarna mejor que nadie la inestabilidad de la monarquía griega. Nada más subir al trono, debe contemplar cómo el anterior Gobierno es acusado de traición en el llamado “Juicio de los Seis” y ejecutado y su propio hermano, el Príncipe Andrés, condenado a muerte.

4.2. Las consecuencias del exilio

La Princesa Alicia se movilizó rápidamente para salvar a su marido y la corona inglesa, aún conmocionada por haber denegado el asilo a su primo, el zar Nicolás II, esta vez intervino para salvar a Andrés. La familia sale a toda prisa, con el pequeño Felipe, de 18 meses, en una caja de naranjas, como explica su personaje, en este episodio, a su hija Ana. Abandona, pues, su país natal, sin haberlo apenas conocido.

Los acogerá en París su cuñada, la Princesa Marie Bonaparte (22). Este exilio significará la disolución de la familia. El Príncipe Andrés no pudo asumir verse apartado de su carrera militar y acusado de traición, tras jugarse la vida en primera línea de batalla, expulsado de su patria y viviendo de la caridad de sus parientes. La Princesa Alicia se volcó en ayudar a otros refugiados griegos, pero su salud mental acabó por quebrarse.

Esta parte trágica de su biografía se recoge en el episodio de la serie que estamos analizando, en varios momentos y con diferentes recursos: hace alusión el personaje de Felipe de Edimburgo en conversación con su esposa, para justificar su negativa a acogerla en Palacio, lo explica la propia Alicia en la entrevista antes citada que, a su vez, lee en voz alta, Felipe cuando, por fin, va al encuentro de su madre.

Todo comenzó con su conversión a la religión ortodoxa (1929) y su creciente espiritualidad. Alicia manifestaba oír voces y tener visiones de Jesucristo. Su familia, preocupada, consulta al médico de la familia, el doctor Louros (23), que le diagnostica psicosis. Marie Bonaparte pidió ayuda a su maestro, Sigmund Freud, que aconsejó el ingreso de Alicia en la clínica Schloss Tegel de Berlín, regentada por su colega Ernst Simmel (24). Allí se le diagnosticó esquizofrenia paranoide. En 1930, el propio Freud visitó la clínica y consideró que el origen de las visiones y alucinaciones de la Princesa era la frustración sexual, recomendando electrochoques y rayos X en los ovarios para apagar su libido. Al parecer, en 1928, Alicia se había enamorado de un caballero inglés, pero, dadas la mentalidad de la época y su educación victoriana, reprimió sus deseos, refugiándose en la religión. Su madre lo descubrió y ordenó el ingreso de su hija.

Aunque hoy nos causen espanto, tales tratamientos eran considerados entonces “normales”. La esterilización que realizaron a Alicia fue una idea propulsada por el fisiólogo vienés Eugen Steinach (25), de gran prestigio en su época y mucho más famoso que el mismo Freud. En principio era una técnica meramente masculina, precursora de la vasectomía, y se hizo muy popular como método de rejuvenecimiento. El propio Freud se sometió a ella en la vana esperanza de frenar su cáncer.

Según el profesor de Psicología Psicoanalítica D. Nobus, que ha analizado la historia clínica de la princesa (26), cree que Freud recomendaría esa insólita terapia porque “no creía que el psicoanálisis funcionara en pacientes psicóticos”. Y, debido a su sordera, ni siquiera se contempló. En la creencia de que eliminando las hormonas se podían curar las enfermedades mentales, Alicia fue esterilizada, contra su voluntad, pero fue un tormento inútil, que sólo le provocó una menopausia precoz.

Intentó convencer a su madre de que estaba recuperada, pero ésta temía su incorporación a la vida social y, con un cruel engaño (un reencuentro con su hijo Felipe), fue sedada y trasladada a la fuerza al sanatorio Bellevue en Kreuzlingen (Suiza). Una separación traumática que el personaje de Felipe recuerda en varios capítulos de la serie, por medio de flashbacks: en éste que estamos analizando, en el episodio 2x02, “Una tripulación de hombres”, donde una periodista le saca a relucir su doloroso pasado, y en el 2x09, “Paterfamilias”, que repasa su triste infancia en el internado de Gordonstoun (27), adonde envía a su propio hijo, el Príncipe Carlos, con muy diferente resultado.


Momento de la separación de madre e hijo (Netflix).

Su padre, el Príncipe Andrés, se desentendió de su familia y se marchó a vivir con su amante, la actriz Andrée Lafayette (28), a Montecarlo. Las cuatro hermanas se casaron, en pocos meses, con sendos Príncipes alemanes, cercanos al emergente partido Nacional socialista. Margarita con Godofredo de Hohenlohe-Langenburg, con quien tendrá seis hijos. Teodora con Bertoldo, Margrave de Baden y tuvieron tres hijos. Cecilia con Jorge Donato de Hesse y de este matrimonio nacieron cuatro hijos. Sofía, en primeras nupcias con Cristóbal de Hesse, un nazi de alto rango (29), que murió en un accidente aéreo en 1943, dejando cuatro hijos y otro en camino. Al enviudar, Sofía se alejó del nazismo. Se casó en segundas nupcias con el Príncipe Jorge Guillermo de Hannover y tuvo otros 3 hijos. Tras la guerra, dirigió el (reabierto) internado Schloss Salem, donde había estudiado unos meses su hermano Felipe (hasta que fue cerrado por los nazis) y, más tarde, su sobrina en segundo grado Sofía de Grecia, futura Reina de España. Su madre no pudo asistir a las bodas de sus hijas.

Alicia intentó varias veces escapar de Bellevue. Tras pasar allí dos años y medio encerrada, sin visita alguna de su familia, finalmente su madre consintió que la dejaran salir. Pero, una vez libre, se encontró sola: apartada de su hijo, abandonada por su marido, traicionada por su madre, sus hijas casadas... Pasó ocho años sin contacto con su familia ni domicilio fijo.

Mientras, al pequeño Felipe no se le dio ninguna explicación: simplemente, su madre desapareció de su vida de repente y él se quedó sin familia y sin hogar, entre internados y casas de sus parientes maternos. Tras el cierre de Schloss Salem, a los doce años fue enviado a Gordonstoun donde, como refleja el episodio 02x09, fue sometido a una disciplina espartana, con un extenuante ejercicio físico y duchas de agua helada. En cinco años no recibió ni una sola visita de su familia y pasaba las vacaciones en casa de algún pariente.

Como también se cuenta en dicho episodio, en Gordonstoun se enteró de la muerte de su hermana Cecilia, su marido, Donato, sus hijos, Luis, Alejandro y el neonato (30), y su suegra, en un accidente de avión. Toda la familia se reencontró en el funeral, recreado en la serie con una buena dosis de imaginación (31). Alicia nunca volvió a mostrar síntomas de desequilibrio, ni ante esta terrible tragedia, ni ante las muertes, al año siguiente, de su hermano, Jorge, Marqués de Milford Haven, y de su pequeña nieta, Juana, por una meningitis.

4.3. Regreso a Grecia y IIª Guerra Mundial

En 1938 Alicia decidió volver a Grecia, que había restaurado, una vez más, la monarquía. Se instaló en un apartamento en el centro de Atenas, con la esperanza de recuperar a su hijo Felipe y de que éste asumiera su lugar como Príncipe griego. Pero su hermano, Luis Mountbatten, que tenía su tutela, prefirió enviarlo a la Academia Naval de Darthmouth.

Al año siguiente estalla la IIª Guerra Mundial. Grecia, entonces bajo la dictadura fascistoide del general Metaxás (32), mantiene en un primer momento la neutralidad, e incluso rechazó el intento de invasión de Mussolini en 1941, pero no pudo frenar al ejército alemán, que en pocos meses ocupó todo el país. La Familia Real huyó, de nuevo, al exilio. Solo permanecieron en Atenas Alicia y su cuñada Elena (33), viuda del Príncipe Nicolás (34), pero, en vez de apoyarse, Elena ignoraba a Alicia por su -a su juicio- inferior condición (35), su minusvalía y sus problemas mentales.

Con la angustia de tener a su familia luchando en bandos contrarios, una vez más, la Princesa se volcó en ayudar: recogió niños huérfanos, formó enfermeras, organizó comedores sociales, viajó al extranjero para conseguir donaciones e, incluso, escondió en su casa a una familia judía (36), Raquel Cohen y sus cinco hijos, arriesgando su propia vida. Saber alemán, tener yernos nazis y su sordera la libraron de ser arrestada en varias ocasiones. Se cuenta que, al visitarla un general de la Wehrmacht le preguntó qué podía hacer por ella, y ella respondió “saque a sus tropas de mi país”. Mientras tanto, su marido, el Príncipe Andrés, ajeno al sufrimiento de su pueblo, falleció a finales de 1944. Pese a la separación de facto, nunca se divorciaron.

4.4. La Guerra Civil

Atenas fue liberada en octubre de 1944, pero al poco estalló en Grecia una guerra civil entre los partisanos comunistas, que habían llevado el peso de la resistencia contra la ocupación nazi, y los conservadores, monárquicos y anticomunistas. Para Churchill era de vital importancia que Grecia no cayera en la órbita soviética y apoyó, lógicamente, a los segundos.

De nuevo, Alicia permaneció en Atenas, ayudando a la población. Sólo salía puntualmente para acontecimientos familiares, como la boda de su hijo Felipe con la Princesa heredera del Reino Unido, Isabel, en Londres (1947), a la cual sus hijas no fueron invitadas, por sus relaciones con el nazismo.

Pese a su sangre azul, Felipe no era el candidato soñado para la heredera del Imperio: pertenecía a una monarquía “de segunda clase”, sin fortuna, era ortodoxo y tenía un apellido alemán, cuñados nazis… Antes de casarse, tuvo que renunciar a su nacionalidad, religión, título griego y adoptar el apellido materno, “britanizado”: Mountbatten. Con esta escena empieza, de hecho, la serie (ep. 1x01, aun antes de los títulos de crédito) (37).


Foto oficial de la boda de la princesa Isabel y el príncipe Felipe.
Su madre, Alicia, es la segunda dama de la primera fila, por la izquierda.

En 1949 Alicia, como hiciera su tía Isabel 40 años atrás, funda su propia orden monástica ortodoxa, la Hermandad Cristiana de Marta y María, en una propiedad que tenía a las afueras de Atenas, con la misión de ayudar a ancianos y huérfanos. Aquí vivirá hasta su regreso a Londres, como una simple monja.


La verdadera “Villa Alicia”, en la calle “de los Pinos” nº 10, Neo Iraklio. © www.athensinsider.com.

En junio de 1953 asiste, esta vez sí de hábito, a la Coronación de su nuera, Isabel II, en la Abadía de Westminster. En esta ocasión también fueron invitadas sus hijas.

4.5. Últimos años en Grecia

Tras unos años de tranquilidad, en 1967 se produce en Grecia el golpe de estado de los Coroneles. En este contexto empieza el episodio de la serie, y será la razón por la que Alicia vuelva a su país natal y se integre en la trama. En sucesivas escenas se ve cómo el primer ministro, Wilson, avisa a la Reina Isabel del peligro que corre su suegra, paralelamente se muestran las calles de Atenas ocupadas por los militares, cómo el Duque de Edimburgo rechaza traer a su madre a Palacio, por miedo a que estropee su laudatorio documental: “ella no pertenece a nuestro mundo, no está preparada para este lugar, ha estado casi toda su vida adulta encerrada en un manicomio (38) y las apariencias son importantes”, cómo la Reina Isabel impone su autoridad y envía a recogerla, cómo su secretario llega al convento de Atenas entre manifestantes que golpean su coche, cómo Alicia se despide de sus hermanas para siempre y cómo rompe a llorar en el avión. Este es el motivo argumental por el que entra en escena el personaje de la Princesa Alicia, como madre de Felipe, y por qué y cuándo se instala en Buckingham. Aquí se han permitido una licencia, pues en la realidad el documental se rodó, como hemos visto supra, dos años después de su llegada, en 1969.


Golpe de los Coroneles (fotografía promocional de Netflix).

Antes de abandonar el que había sido su país durante más de seis décadas (con los únicos paréntesis de los exilios) Alicia donó la mansión a la Cruz Roja Griega, para que la convirtiera en residencia de ancianos, que sigue siendo su uso actual (39). Sin su apoyo, la orden acabó desapareciendo.

Tras su marcha, en Grecia, a raíz de este golpe de Estado y las torpes maniobras del joven Rey Constantino II, la familia real tuvo que marchar al exilio, esta vez para siempre. En 1974, tras la restauración de la democracia, se convocó un referéndum, con un aplastante resultado en favor de la República. Así quedó definitivamente abolida la monarquía en el país.

4.6. Regreso a Inglaterra

El episodio tiene, pues, dos líneas argumentales, con dos protagonistas y dos escenarios: las circunstancias en las que vive Alicia en Atenas, por un lado, y el rodaje del documental promovido por su hijo, Felipe, por el otro. Ambas confluyen con la llegada de ella a Buckingham.

En un primer momento vemos cómo es recibida en Palacio con recelos y burlas. Su propio hijo la evita, rememorando en flashback el doloroso momento de su separación, e intenta mantenerla aislada (interrumpe una entrevista improvisada de ella). De hecho, se la ve sola en su habitación, buscando por los pasillos alguien a quien pedir cerillas, sin contacto con el resto de la familia, salvo su nieta, Ana, y la propia Reina, quien no comprende la frialdad y rencor de su marido. Su rechazo es fruto de la ignorancia, hasta que lee la trágica vida de su madre en el periódico. Entrevista que él había encomendado a su hija, Ana, y de la ésta se libra empujando, literalmente, a su abuela hacia el periodista. Esta entrevista, en realidad, nunca existió, es un recurso de guion para dar a conocer la vida de la protagonista, devolver la simpatía popular hacia la familia real y provocar el reencuentro entre madre-hijo. Efectivamente, Alicia vivió sus últimos años en el Palacio de Buckingham, pero no es cierto que antes no tuviera contacto con su hijo y nietos, como documentan testimonios gráficos de diversos eventos familiares y mutuas visitas privadas.

La Princesa Alicia falleció el 5 de diciembre de ese año, apenas cinco semanas después que su hija Teodora. A su muerte no dejó absolutamente ninguna herencia, pues había vendido y regalado todas sus pertenencias y sólo poseía tres batas. Fue enterrada en la cripta real del Castillo de Windsor, para ser trasladada, en 1988, al convento de Santa María Magdalena de Jerusalén, cumpliendo su deseo, junto a su madrina, la Gran Duquesa Isabel Feodorovna.

En 1994 Alicia recibió el reconocimiento póstumo de Justa entre las Naciones por el Yad Vashem (Memorial del Holocausto), máxima distinción del Estado de Israel a personas no judías, “por haber arriesgado su vida para salvar a judíos”, con la asistencia de sus hijos supervivientes, Felipe y Sofía, y los descendientes de la familia Cohen.

5. Conclusiones

Sin ser un biopic, este episodio de The Crown repasa, con diversos recursos narrativos (escenas paralelas, diálogos, flashbacks, relatos orales y escritos), la azarosa biografía de un personaje, la Princesa Alicia, cuya presencia en la trama general está justificada por la relación familiar con uno de los protagonistas de la serie: su hijo Felipe, esposo de la Reina de Inglaterra. A través de ellos se introducen acontecimientos históricos, no solo de la historia de Inglaterra -como en toda la serie-, sino también de la historia de Grecia, por la pertenencia de ambos a la familia real griega.

Por un imprescindible ejercicio de síntesis y de estilo, no se ahonda en hechos históricos que quedan fuera de la línea argumental principal del relato audiovisual. Sin embargo, un producto audiovisual como éste, aunque sea de entretenimiento, gracias a su éxito y amplia difusión, es una excelente oportunidad para divulgar contenidos históricos a un público muy amplio. En nuestro caso, nos interesaba la historia de Grecia y la biografía de la Princesa Alicia, como testigo privilegiado de la misma. La propia vida de Alicia daría para una película.

Este relato debería invitarnos a la reflexión y el debate sobre muchos temas, empezando por el trato que reciben las personas con minusvalías y/o con enfermedades mentales, su integración o marginación en la sociedad, que, como el ejemplo de la Princesa Alicia demuestra, puede afectar a todas las clases sociales. Su caso puede también ilustrar la evolución de la psiquiatría, el tratamiento de las enfermedades mentales y cómo los pacientes siguen aún estigmatizados.

La serie no profundiza en el periodo más trágico de la vida de Alicia, que sólo se menciona verbalmente, de forma tangencial. Únicamente el personaje ficticio del periodista muestra empatía por el sufrimiento de esta mujer, incomprendida y marginada por su propia familia. La realidad, una vez más, superó con creces a lo que se muestra en la ficción televisiva.

Lo cierto es que la Princesa Alicia fue víctima de los convencionalismos y la intolerancia de su época y su clase social. Lejos de recibir apoyo, fue tachada de loca y sometida, contra su voluntad, a tratamientos psiquiátricos inhumanos, literalmente “para reprimir su libido”, pisoteando su libertad. Por desgracia, no es un caso aislado. Muchas mujeres han sufrido situaciones similares, como han denunciado otros productos de cine o televisión. Valgan a título de ejemplo los casos siguientes. La Reina Juana, “la loca” por antonomasia, igualmente traicionada por su propia familia y encerrada de por vida para apartarla del poder, objeto de películas como Locura de amor (J. de Orduña, 1948), Juana la Loca… de vez en cuando (J.R. Larraz, 1983) Juana la Loca (V. Aranda, 2001), y series de televisión (La corona partida (40)). La Reina Leonor de Aquitania, también encerrada por su marido, como se ve en la magnífica El león en invierno (A. Harvey, 1968). La escultora Camille Claudel, vampirizada por Rodin, objeto de la homónima Camille Claudel (B. Nuytten, 1988).


Poster promocional de la película. © Orion Home Video.

La actriz Frances Farmer, encerrada por su madre en un psiquiátrico, donde fue sometida a electroshocks e, incluso, una lobotomía, como se cuenta en Frances (G. Clifford, 1982). Rosemary Kennedy, también lobotomizada, por orden de su padre, Joseph: ¿Qué ocurrió con Rosemary Kennedy?, documental (La noche temática (41). O, como se ve en la propia The Crown, (4x07 “The Hereditary Principle”) unas primas de la propia Reina de Inglaterra, recluidas de por vida en un psiquiátrico para evitar la vergüenza de sus enfermedades mentales. Mujeres silenciadas en la vida real que, gracias al cine y la televisión, no han caído en el olvido.

Este magnífico producto televisivo, y, a modo de ejemplo, el episodio que hemos analizado aquí, prueban que el cine y la televisión pueden servir para algo más que el mero entretenimiento. Es de agradecer que haya dado a conocer al gran público a esta mujer extraordinaria, Alicia de Battenberg, Princesa de Grecia y Dinamarca, cuya difícil y trágica vida hemos intentado completar aquí.

No podríamos glosarla mejor que el ficticio periodista de The Guardian: “La princesa Alicia es una criatura singular, un miembro de una familia real que ha sufrido más que el resto de nosotros, ha trabajado más que nosotros y ha hecho el bien más que nosotros […]. Fue constantemente malentendida, marginada y subestimada […], pero, en vez de amargarse, la princesa Alicia ha dedicado su vida a la beneficencia, al servicio público y a defender la justicia social, a menudo con gran riesgo personal”.

Notas

(1) Este trabajo ha sido realizado dentro del Proyecto de Innovación Docente de la Universidad de Valladolid “Materiales audiovisuales sobre el mundo griego: elaboración y análisis”.

(2) En el concepto de “texto fílmico” incluimos cualquier producto audiovisual, no solo cinematográfico, sino también televisivo, con una narrativa, sea de ficción o documental.

(3) Por razones de espacio no nos ocuparemos de las numerosas series americanas y asiáticas, ni de las que retratan la vida cotidiana o de determinados colectivos sociales.

(4) La primera temporada fue la producción dramática más costosa de Netflix y Left Bank Pictures hasta entonces (más de 100 millones de libras esterlinas).

(5) (1963-) Merecedor de varios premios y nominaciones (Globos de oro, Premios de las Academias inglesa y americana de Prensa, de cine y de TV), por sus guiones tanto para cine (The Queen, El último Rey de Escocia) como para televisión (con esta serie).

(6) Sin texto. Interpretada por Rosalind Knight y por Sophie Stone, respectivamente.

(7) Interpretado por Greg Wise en las temporadas 1 y 2.

(8) Pueden ser decorados o algún pueblo andaluz, ya que en los títulos de crédito de este episodio comprobamos que ha participado un nutrido equipo técnico español. Los propios griegos se han quejado de que “parece un pueblo latinoamericano” ΤΣΑΟΥΣΗΣ (2019).

(9) Efectivamente, este documental, “Royal Family”, se rodó en 1968 y suscitó un gran debate previo en Palacio, que temía romper el misterio que rodeaba a la familia real, pero Felipe estaba decidido a modernizar la Institución y entendió el poder de la TV. Se emitió el 21/06/1969 en la BBC y la ITV y fue visto por 30 millones de espectadores en el Reino Unido (2/3 de la población británica) y 350 millones en todo el mundo. A diferencia de lo que se insinúa en la serie, fue un gran acierto y reforzó la imagen pública de Felipe. Pero, efectivamente, no se ha vuelto a emitir.

(10) (1854–1921), hijo del Príncipe Alejandro de Hesse-Darmstadt y de la condesa Julia de Hauke.

(11) (1863-1950), hija del Príncipe Luis IV de Hesse-Darmstadt y de la Princesa Alicia del Reino Unido, segunda hija de la Reina Victoria.

(12) (1900-1979). Luis de Battenberg hasta que, en 1917, cambiaron el apellido a Mountbatten. Último virrey de la India británica, tuvo que gestionar la independencia de India y Pakistán (1947-48). De 1959 a 1965 fue Jefe del Estado Mayor de la Defensa. Tuvo gran ascendencia sobre su sobrino, Felipe, y, posteriormente, sobre el hijo de éste, Carlos, Príncipe de Gales. Murió asesinado por el IRA.

(13) 1845-1913), nacido Guillermo, era el segundo hijo del Rey Cristian IX de Dinamarca y de Luisa de Hesse-Kassel. Fue elegido por las potencias extranjeras para sustituir en el trono de Grecia a Otón I, depuesto por la Asamblea Nacional en 1862, reinando como Jorge I. En 1867 contrajo matrimonio con la gran Duquesa rusa Olga Constantinova, con la que tuvo ocho hijos. Instauró la dinastía Glücksburg, cuyos miembros portan el título de Príncipes de Grecia y Dinamarca. Fue el Rey que más tiempo permaneció en el siempre inestable trono griego.

(14) La política griega en estas décadas es demasiado compleja para entrar en detalles, por lo que remitimos a nuestros trabajos LOPEZ JIMENO 2011 y 2013.

(15) (1864-1936), uno de los políticos más relevantes de la Grecia de principios del siglo XX, siete veces primer ministro entre 1910 y 1933.

(16) Además de Salónica y Ioánina, conquistadas por el Ejército griego, el Imperio Otomano tuvo que ceder todo su territorio europeo, salvo Albania y los alrededores de Estambul. Tras la Segunda Guerra Balcánica, Grecia consiguió Creta, y el sur de Epiro y gran parte de Macedonia.

(17) Gracias a los Tratados de París y Neuilly (1919) y Sèvres (1920). El ejército griego desembarca en Esmirna en mayo de 1919.

(18) Alejandro se había casado en secreto con Aspasia Manos, única griega que entró en la familia, que estaba embarazada en el momento de su muerte, lo que creó una situación de incertidumbre hasta que dio a luz una niña, Alejandra, que no podía ocupar el trono. Aspasia nunca fue reconocida como Reina, pero su hija sí recibió el título de Princesa.

(19) (1881-1938) fundador y primer presidente de la República de Turquía.

(20) Decisiva batalla de la Iª Guerra Mundial en esta península de los Dardanelos, en la que consiguió impedir el desembarco aliado, instigado por Churchill.

(21) Grecia y Turquía pactaron un intercambio de poblaciones. De los dos millones y medio de griegos que había en el imperio en 1914, en 1927, en la nueva Turquía, solo quedaban ciento cincuenta mil, todos en Estambul, y hoy apenas unos cinco mil.

(22) (1882-1962), hija del Príncipe Roland Napoleón Bonaparte, y sobrina bisnieta de Napoleón. Princesa de Grecia y Dinamarca por su matrimonio con el Príncipe Jorge, hermano de Andrés. Fue, además, una de las primeras mujeres psicoanalistas, discípula de Sigmund Freud, a quien ayudó a escapar del nazismo. Esta relación es el tema central de la película Princesse Marie (B. Jacquot, 2004), protagonizada por Catherine Deneuve y Heinz Bennet.

(23) Probablemente se trate del padre, Constantino Louros (1864 - 1957), aunque también su hijo, Nicolás, fue ginecólogo de la familia real.

(24) (1882–1947) neurólogo y psicoanalista alemán, uno de los pioneros del psicoanálisis, de la medicina social, el estudio de las adicciones y del concepto de “neurosis de guerra”. De origen judío, en 1933 fue apresado por la Gestapo. La Asociación de Médicos Socialistas consiguió liberarle y huyó a los Estados Unidos.

(25) (1861–1944). Fue un pionero en el estudio de las glándulas endocrinas y las hormonas, nominado en seis ocasiones al Premio Nobel de Fisiología entre 1921 y 1938.

(26) Nobus (2020). Para él “Lo que está claro es que no encajaba en su entorno. Y tampoco hay dudas de que padeció un colapso mental. Pero no estoy convencido de que fuera psicótica”.

(27) En Escocia, fundado en 1934 por el judío alemán Kurt Hahn (1886- 1974), que había cofundado la Escuela de Salem y huido de la Alemania nazi. En su memoria, el duque de Edimburgo cofundó en 1986 el Kurt Hahn Trust. Interpretado en este episodio por Burghart Klaussner.

(28) Falsa Condesa Andrée de la Bigne, en realidad llamada Andrée Godard (1903-1983).

(29) Jefe del servicio secreto de inteligencia de Göring, ayudante de Himmler, miembro de las SS y Mayor de la Luftwaffe.

(30) Se dirigían a Londres para presenciar la boda del hermano de Donato, Luis. Cecilia estaba embarazada y debió de ponerse de parto durante el vuelo. Intentaron un aterrizaje de urgencia, pero el avión se estrelló. El nuevo matrimonio adoptó a la pequeña Juana, que no viajaba debido a su corta edad.

(31) El Príncipe Andrés acusa públicamente a su hijo, Felipe, de haber causado el accidente, por una llamada telefónica “de auxilio” que hace a su hermana, llamada que, de haberse producido, el padre no podría conocer, dado que, nada más colgar, Cecilia sube al avión. El pobre Felipe no tuvo nada que ver con el accidente (vid. nota anterior). Tampoco había comenzado aún la guerra, por lo que no tiene sentido la explicación que da el personaje de Cecilia justificando su embarazo, en una llamada anterior: “Alemania va perdiendo y necesita soldados”. Ni es probable que la Princesa Alicia necesitara que le presentaran a su hijo, aunque llevara 7 años sin verlo.

(32) (1871-1941). Formado en Prusia. Destacó en las guerras Balcánicas. Jefe del Estado Mayor griego en 1913. Partidario del rey Constantino durante el “cisma”, fracasó en un golpe para restaurar la monarquía en 1922.

(33) Elena Vladimirovna (1882-1957) hija del gran duque Vladimir Alexandrovich de Rusia y de su esposa María de Mecklemburgo-Schwerin.

(34) (1872-1938), tercer hijo varón de los reyes Jorge I y Olga.

(35) Aunque tras el exilio de 1922 y la Revolución Rusa la familia había quedado arruinada, sobreviviendo en París de la venta de sus joyas y las clases de dibujo que impartía el Príncipe Nicolás.

(36) La mayor parte de la población judía de Grecia era de origen sefardita, acogidos por el Sultán otomano tras la expulsión de España en el S XV y prácticamente desapareció con la ocupación nazi. Se calcula que, de unos 75000 judíos deportados a campos de concentración, solo sobrevivieron 2000.

(37) En esta escena inicial hay un anacronismo, pues su madre (Rosalind Knight), como se ve en la foto oficial, iba vestida de gala. No acababa de salir del psiquiátrico y era tan inglesa o más que alemana. Por otra parte, los propios Windsor también cambiaron su apellido para borrar su origen alemán.

(38) Lo cual, como estamos viendo, es inexacto.

(39) El edificio pertenece hoy al Ayuntamiento de Neo Iraklio, que lo cede a la Cruz Roja griega.

(40) Vid. DAVILA (2007).

(41) https://www.rtve.es/alacarta/videos/la-noche-tematica/ocurrio-rosemary-kennedy/5829068)

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ISSN 1988-8848