A PROPÓSITO DEL LIBRO:
GLORIA CAMARERO GÓMEZ (ED.),
CIUDADES EUROPEAS EN EL CINE,
EDICIONES AKAL, MADRID, 2013,
301 PÁGINAS

About the book:
Gloria Camarero Gómez (ed.),
European cities in Film.
Ediciones Akal, Madrid, 2013, 301 pages

Dr. Francisco Frisuelos Krömer
Historiador del Cine/Historiador del Arte
Madrid

Recibido el 26 de Septiembre de 2013
Aceptado el 13 de Octubre de 2013


En las páginas iniciales de este libro la ciudad se define como un escenario donde nos reencontramos con las historias que nos emocionan, poniendo su fisionomía al servicio de los personajes que nos las sirven. De este modo, se pone de manifiesto la importancia del diálogo existente entre cine y ciudad y el valor de la ciudad en la gran pantalla como escenografía que, en las manos adecuadas, se eleva como un elemento dramático de capital relevancia. Es por ello, que hemos de celebrar la edición en la colección Akal/Cine del volumen “Ciudades Europeas en el Cine”, un libro en el que, bajo la dirección de la doctora Camarero, diecinueve especialistas repasan la manera en que quince ciudades europeas han aparecido en el cine, ya sea como una protagonista más del relato o como simple fondo envolvente de las historias que se nos cuentan.

El espacio urbano europeo ha sufrido importantes transformaciones a lo largo de la Historia y, en especial, en el último siglo por lo que no es de extrañar la irresistible atracción que éste ha supuesto para cineastas de todo tipo, los cuales han ofrecido una visión autóctona de ciudades que conocían bien o se han dejado cautivar por la magia de distintas capitales, plasmando su visión foránea. El viejo continente, cuna de civilizaciones y referente mundial, ha servido como telón de fondo de historias que han sabido explotar sus tópicos y estereotipos con mayor o menor fortuna y que han sabido ofrecer una cara más real cuando la ocasión lo requería. Así, las urbes europeas han actuado como perfecto trasfondo de la nostalgia, la trasgresión, la revolución, la destrucción, el amor/desamor, el progreso y los valores nacionales ofreciendo un riquísimo abanico de puntos de vista que las convierten en incomparable marco para el desarrollo de historias universales.

Siguiendo las reflexiones de un grupo de especialistas en la materia (como ya demostraron hace dos años con “Cine y ciudades. Imágenes e imaginarios en ambientes urbanos” editado por Intramar, bajo la dirección de Francisco Salvador Ventura), las ciudades analizadas en este volumen se acogen a esta pluralidad de perspectivas dando buena cuenta de la extraordinaria riqueza que las urbes europeas ofrecen como plató de rodaje. Aquí están desde la Atenas de Cacoyannis al Helsinki de Kaurismäki, desde la Roma de Fellini y Özpetek al Moscú de Mikhalkov, pasando por la maravillosa Lisboa, el Berlín destruido tras la Segunda Guerra Mundial, la Praga de Milan Kundera o la cosmopolita Londres. Sus rincones y su fisonomía han sido inagotables generadores de realidades, como afirma el profesor Joao Mascarehas al hablar del París. Cabe destacar, además, el esfuerzo de los autores por incluir capítulos dedicados a algunas ciudades europeas de menor popularidad a la hora de ser elegidas como escenario fílmico. Serían los casos de Nápoles o de Viena que ofrecieron lo mejor de sí mismas bajo la mirada de directores como De Sica, Rossellini, Max Ophüls o Bruce Beresford y que completan este prisma metropolitano.

Cada uno de los autores de este libro ha estudiado la mirada cinematográfica vertida sobre una ciudad, que aparecen por orden alfabético. Así, Antonio Aguilera Vita (“La ciudad condenada: Atenas entre la tragedia y la comedia en el cine griego del cambio de siglo”) se hace cargo de la Atenas que aparece en el cine griego a partir de los años 50 en busca de una identidad que refleje la realidad de la forma de vida de sus ciudadanos, sobre todo en los dramas de Giannaris y las comedias de Papathanasiou y Reppas. Rafael Malpartida Tirado (“Miradas del cine al Berlín en ruinas”) viaja a un Berlín marcado por la Segunda Guerra Mundial, ciudad en continua reconstrucción y reinvención y objeto de una irresistible fascinación que ha atraído a cineastas del calibre de Rosellini o Wilder. Sergio Aguilera Vita (“Las dos Helsinkis de ‘Un hombre sin pasado’”) se sirve de un film de Kaurismaki en su aproximación a la capital finlandesa para analizar el retrato dual que el cine ofrece de Helsinki. Carlos Vargas (“Lisboa: el documental como testimonio de la ciudad invisible”) hace hincapié en la importancia del documental para recuperar la Lisboa que no se ve y redescubrirla en la gran pantalla.

Mercedes Iáñez Ortega y Jordi Macarro Fernández (“El no siempre jubiloso Londres”) se aproximan a Londres como escenario de un cine gótico, de elementos fantásticos y de terror como el retrato más habitual de la ciudad y que conforma muchos de los iconos relacionados con la ciudad del Támesis. Miguel Dávila Vargas-Machuca (“Un paseo por el corazón de todas las Rusias: visiones de Moscú en la pantalla”) dibuja un minucioso itinerario por las distintas etapas del cine ruso y la historia ligada a la ciudad para destacar las distintas visiones de Moscú como escenario de historias. Pablo De Vita (“La Praga proyectada entre el exilio y el recuerdo”) reflexiona sobre la adaptación de la obra de Milan Kundera en el cine donde la presencia de la ciudad es difusa aunque permanente. Vega de Martini (“Viaje en Italia desde Goethe hasta Rosellini: Napoli nel cuore”) destaca la fascinación por el espíritu napolitano que permanece intacta como lo demuestra la manera en que la ciudad fue retratada por Goethe y Rossellini. Joao Mascarenhas Mateus (“Entre Guitry y Tati. Construyendo dos Atlas de París”) se detiene en una de las ciudades más visitadas del mundo para estudiar la manera en que dos grandes autores intentaron plasmar la esencia de una urbe necesitada de un retrato que escape de la tradicional postal turística. Francisco Salvador Ventura (“Roma Aeterna: las múltiples caras de la ciudad”), Óscar Lapeña Marchena (“Cuore di Roma, Testaccio en el cine”) y José María Morillas Alcázar (Postales desde Roma: las visiones de Piranesi y la realidad de Ozpetek”) nos ofrecen una visión de la Ciudad Eterna desde distintos ángulos dando buena cuenta de las múltiples posibilidades que la capital italiana ha ofrecido a cineastas de variado signo. Mónica Satarain (“La Viena del 1900 desde la mirada de ‘La novia al viento’”) se adentra en el retrato que Bruce Beresford ofrece de la capital austriaca como escenario de una época de extraordinaria riqueza cultural. Además, Ángel Luis Hueso Montón (“Ciudades europeas ante el objetivo de la vanguardia”), a modo de introducción, explica las razones del conocido interés que mostraron las vanguardias históricas del periodo de entreguerras por el mundo urbano y lo constata en los ejemplos de dos parejas de filmes especialmente singulares. Por una parte, Paris qui dort dirigida por René Clair y À propos de Nice de Jean Vigo; y por otra, las dos máximas manifestaciones de lo que se llamaron “sinfonías urbanas”, es decir, Berlín, sinfonía de una ciudad de Walter Ruttman y El hombre con la cámara realizada por Dziga Vertov.

La presencia española viene de la mano de cuatro de las urbes peninsulares más importantes. Con los estudios de José María Caparrós Lera, Pedro Plasencia Lozano, Mª Dolores Pérez Murillo y la propia Gloria Camarero Gómez se nos ofrece un recorrido por Barcelona, Bilbao, Sevilla y Madrid respectivamente, destacando la utilización de sus paisajes urbanos de la mano de reconocidos creadores, como Vicente Aranda, Pedro Almodóvar, Vicente Molina Foix, Alex de la Iglesia, Woody Allen, Ventura Pons, Cesc Gay, José Luis Guerín, Benito Zambrano, Alberto Rodríguez o Ridley Scott.

De ese modo, José María Caparrós Lera (”Barcelona, escenario y protagonista de películas”) repasa las innumerables ocasiones en que la Ciudad Condal ha aparecido con mayor o menor protagonismo en el cine en un minucioso recorrido por aquellas películas que se han servido de ella como escenario. Pedro Plasencia Lozano (“Bilbao. Urbanismo a la sombra de un museo”) realiza un análisis de la ciudad vasca a partir del impacto urbanístico que supuso la construcción del Museo Guggenheim, su reinvención como ciudad y la nueva imagen que de ésta proyecta el cine. María Dolores Pérez Murillo (“Sevilla a través del cine: del tópico a la invisibilidad”) reflexiona cómo la capital andaluza ha pasado a ser de presencia casi obligada en una determinada época del cine español a convertirse en plató invisible con grandes posibilidades dramáticas hasta ahora poco explotadas. Finalmente, Gloria Camarero Gómez (“Nuevas reinterpretaciones cinematográficas de Madrid”) revisa la aparición de la capital de España en el cine reciente en títulos emblemáticos.

Tal vez, el lector echará en falta ciudades como Dublín, Amsterdam, Estocolmo, Varsovia o Venecia por citar algunos de los escenarios de muchas películas que forman parte de la historia del cine u otras que han cobrado un reciente protagonismo por razones meramente fílmicas (Bucarest) o extrafílmicas (Sarajevo) por citar un par de ejemplos. Sin embargo, la muestra elegida supone una inestimable aportación. Es un estudio completo, en su desarrollo y contenidos, más que suficiente y relevante para ofrecer un perfecto panorama del retrato realizado a una Europa que nos sirve como espejo de la diversidad continental y reflejo de la idiosincrasia de sus habitantes.

Estamos, pues, ante un libro de lectura obligada y absolutamente recomendable que viene a sumarse a las investigaciones que intentan paliar el vacío bibliográfico que sobre el tema existía hasta ahora.

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ISSN 1988-8848